Desde Psicólogos Móstoles Constitución te explicamos un poco más sobre cuando es conveniente acudir a una Terapia de Pareja (ahora también en modalidad Terapia de Pareja Online o por videoconferencia) Las relaciones de pareja
normalmente comienzan con una etapa de “amor romántico”
donde los sentimientos de ambos miembros de la pareja son muy
intensos y apasionados, el deseo de estar con el otro se vuelve lo
prioritario y se relegan otros intereses a un segundo plano. Es un
estado de embelesamiento donde apenas se perciben problemas, se
niegan las diferencias y se potencia lo positivo, se confía en que
el “amor lo puede todo” y que los problemas se
solucionaran solo en base a la fuerza de este sentimiento... Este
momento, si bien es necesario para que se “funde” la pareja,
está más basado en la “idealización” que hemos hecho
del “otro” que en un conocimiento real y verdadero sobre
el mismo, ya que este solo se producirá con el tiempo, a medida que
la relación avance y se vayan viviendo diferentes situaciones
vitales que nos permitan conocer al otro en todas sus dimensiones y
con sus imperfecciones... Es por ello que nos encontramos algunas
parejas que, en un primer momento, comienzan la relación con mucha
intensidad, con una fuerte atracción sexual, pero luego cuando los
miembros de la pareja se van conociendo más en profundidad no se
entienden ni complementan, son incapaces de comunicarse o dialogar y
mucho menos de solventar los problemas, en cuyo caso la relación
pasará a ser totalmente disfuncional y/o en el mejor de los casos se
termina...
La duración de esta etapa del “amor
romántico” es variable según cada caso, pero antes o después
dejará paso a una segundo estadío que podríamos denominar de “amor
maduro” donde los sentimientos pasan a ser más calmados pero a
la vez más auténticos, desde el punto de vista de que están
basados ya en un conocimiento más real y profundo sobre el otro...
Si las cosas van bien la pareja habrá alcanzado un alto grado de
intimidad y complicidad entre si, que permite a ambos miembros
sentirse en un vínculo seguro para satisfacer las necesidades
afectivas, sexuales y de reproducción entre otras... Se habrán
aceptado las imperfecciones del otro y se habrán desarrollado
habilidades para solucionar los conflictos y diferencias que surgen
en toda relación, basándose en la comunicación, el respeto, la
sinceridad, la capacidad de negociar y llegar a acuerdos, etc... En
este momento la pareja se dedica a expandirse, se comparte juntos
pero también se apoya el proyecto personal del otro para que pueda
desarrollarse como individuo, se retoman otros intereses más
personales que no son compartidos bajo el prisma de la tolerancia y
el respeto y en general se entra en una etapa de equilibrio cuyo
principal enemigo será la monotonía y la rutina que la pareja
tendrá que combatir con su ingenio....
En esta transición de una etapa a
otra, muchas parejas hacen ya su primera crisis de pareja
confundiendo “el amor” con esta fase de enamoramiento o “amor
romántico” que he descrito, en cuyo caso la persona se sentirá
desencantada cuando tenga que afrontar la nueva etapa de “amor
maduro” y creerá sentirse desenamorado al ceder la intensidad
de los sentimientos iniciales y la aparición de los primeros
conflictos... Se trata de personalidades afectivamente inmaduras,
que buscan vivir permanentemente en este estado de enamoramiento
inicial (lo cual es imposible en una relación real) y que a la hora
de la verdad son incapaces de establecer un vínculo más auténtico
con “el otro” aceptándolo con sus diferencias e
imperfecciones... En estos casos se hace muchas veces necesaria una intervención terapéutica psicológica en pareja (ahora también posible a través de internet o videoconferencia) para poder continuar con la
relación en términos más realistas...
Los momentos más críticos, y por lo
tanto más proclives a las “crisis”, en la vida natural de
una pareja que ha logrado superar la primera etapa de “amor
romántico” y ha sido capaz de evolucionar hasta un “amor
maduro” coincidirán con los momentos de mayor “cambio
vital” en su trayectoria, ya que los cambios requieren de un
proceso de adaptación que no siempre los dos miembros de la pareja
lograrán superar al mismo tiempo. Cuando uno de los dos miembros de
la pareja esté teniendo dificultades para adaptarse a dichos cambios
la crisis estará servida y su resolución
favorable o no dará lugar a un mayor crecimiento de la relación o
en el peor de los casos a una ruptura... Son momentos especialmente
críticos en la vida de una pareja por este motivo el inicio de la
convivencia, el nacimiento de los hijos y la emancipación de los
mismos...
La convivencia diaria pondrá de
manifiesto todas las diferencias que la pareja tiene entre si, y
pondrá a prueba la capacidad de la misma para solventar las mismas,
encontrando soluciones negociadas a los conflictos teniendo en cuenta
las necesidades de ambos miembros de la pareja... Si esto es así, la
pareja será capaz de encontrar soluciones a los problemas dentro de
un marco de tolerancia y respeto, en donde ambos miembros son
conscientes de que tienen que ceder en algo pero también salir
ganando en algo para que se mantenga el equilirio. Llegar a acuerdos
supone ceder y hacer concesiones para encontrar terrenos intermedios
en beneficio de la relación de pareja. Aquí la principal dificultad
será mantener un equilibrio entre lo que “uno puede ceder en
beneficio del otro sin llegar a perderse a si mismo”...
Cuando complacer al otro y mantener la armonía supone renunciar de
manera sistemática a nuestros deseos y necesidades más genuinos,
solo podremos ir acumulando cada vez más insatisfacción personal
dentro de la relación, lo que a la larga derivará en una profunda
crisis personal y por extensiva de pareja...
Cuando la pareja fracasa en su
habilidad para negociar y llegar a acuerdos para solventar las
diferencias y los conflictos, una interveción terapéutica (presencial u online) puede ser muy útil para reconducir la relación antes de que la
crisis se haga más grave y profunda...
El siguiente momento más crítico en
la vida de una pareja suele ser el nacimiento del primer hijo,
ya que se trata de un acontecimiento vital que va a cambiar todo el
equilibrio establecido hasta el momento... Aparecen nuevas
responsabilidades y tareas que hay que asumir y es de vital
importancia que ambos miembros de la pareja se impliquen en el mismo
grado. Cuando uno de los dos no asume esta nueva responsabilidad de
la misma manera y deja todo el peso de la responsabilidad en el otro
tendrá lugar una nueva crisis... También nos encontramos que
es una etapa especialmente crítica porque las necesidades del
infante hacen que se descuiden muchos aspectos de la relación de
pareja en beneficio de la crianza y las relaciones sexuales se suelen ver afectadas por el cansancio y agotamiento. El principal reto de la pareja será mantener viva la
relación y esforzarse en seguir encontrando momentos para disfrutar
y compartir juntos, aquí el apoyo del resto de familiares en la
crianza será de suma importancia para que la pareja pueda seguir
encontrando momentos para dedicarse a sí misma...
Esta etapa es una de las más
vulnerables a la aparición de “terceras personas”, bien porque
uno de los dos no asuma la responsabilidad de la crianza y quiera
seguir gozando de la libertad que tenía antes y busque fuera lo que
ya no encuentra en su relación o bien porque el otro miembro se
vuelque tanto en la crianza de los hijos que desatienda la relación
y el otro busque fuera lo que su pareja ya no le ofrece... Las
infidelidades en todos los casos son un síntoma claro de que
algo no está funcionando, bien en la relación o bien a nivel
personal en el miembro que es infiel y por lo tanto es uno de los
momentos donde el apoyo profesional se hace más necesario para
tratar de entender lo que está ocurriendo....
Otro momento especialmente proclive a
las crisis es tambien cuando los hijos se independizan o
hacen mayores y dejan de ser el centro de las preocupaciones de la
pareja. Este es un momento donde la pareja se reencuentra, después
de haber estado muchos años volcados en otras tareas como son
principalmente la crianza de los hijos, el desarrollo profesional,
la búsqueda de la estabilidad económica, etc... En algunos casos
cuando la pareja se reencuentra en esta etapa se da cuenta de que ya
no son los mismos o no han evolucionado de la misma forma, “ya
no miran en la misma dirección”, ni pretenden las mismas
cosas, en cuyo caso dará lugar a un profundo desencuentro entre los
dos miembros de la pareja... Si esta finalmente no es capaz de
encontrar nuevos puntos de unión, ni proyectos comúnes que les
hagan seguir juntos, (solos o con ayuda terapéutica) comenzarán a
darse cuenta de que ya no tiene sentido seguir la relación una vez
los hijos se han emancipado... Por el contrario si la pareja logra
superar este momento se preparará para afrontar la senectud en
compañía del otro...
He descrito los momentos más
vulnerables en la evolución natural de la vida de una pareja,
pero eso no quiere decir que no existan otros factores
desencadenantes de una “crisis” debido a otros acontecimientos
vitales externos totalmente diferentes, como puede ser una
enfermedad, el paro o stress laboral, un crisis personal en uno de
los miembros de la pareja, problemas económicos, la monotonía y el
aburrimiento, etc...
En todos los casos cuando detectemos
que estamos atravesando una “crisis en la relación de pareja”
puede ser muy útil acudir al Psicologo Clinico,
especialista en Terapia de pareja,
para que nos ayude a entender el origen de la misma y tratar de
ponerle remedio lo antes posible... El Psicólogo especialista en
Terapia de pareja trabajará con ambos miembros para tratar de
dotarlos de mayores recursos y estrategias para afrontar la misma,
así como solventar las diferencias y conflictos existentes entre
ellos, tratando de llegar a acuerdos y soluciones intermedias que
contemplen las necesidades de ambas partes o, en el peor de los
casos, para darse cuenta de que estas diferencias se han hecho tan
insalvables que ya no tiene sentido seguir afrontando la vida
juntos, en cuyo caso el Psicólogo Clínico ayudará a la
pareja a afrontar la ruptura y separación con el menor coste
emocional posible....
Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo especialista en psicología clínica y psicoterapia, directora del centro de Psicólogos Móstoles Constitución, más de 20 años de experiencia en tratamientos y terapias psicológicas