Desde Psicólogos Móstoles Constitución (ahora también en modalidad de Terapia Psicológica Online o por Videoconferencia) te ayudamos a identificar mejor en chantaje emocional....
¿Cómo saber cuando estamos siendo víctimas de un chantaje emocional por parte de otra persona?, ¿Cómo podemos actuar en el caso de detectarlo? y ¿Y cómo podemos diferenciarlo de una buena “solución negociada” a un conflicto?. A continuación voy a tratar de arrojar algo más de luz sobre esta cuestión, ya que a pesar de que se trata de una forma de “abuso interpersonal” sobre otro, es una practica muy habitual dentro de las relaciones humanas y no solo puede resultar difícil detectarlo cuando estamos siendo victimas de él, sino que ademas muchas veces somos nosotros mismos quienes lo realizamos para conseguir nuestros fines sin ser plenamente conscientes de ello...
En la mejor de las relaciones humanas,
antes o después surgirá algún conflicto de intereses entre las
partes, es decir, “entre lo que uno quiere y lo que quiere el
otro”. Que esto ocurra es algo perfectamente normal, ya que
todas las personas somos diferentes y tenemos derecho a tener
nuestros propios gustos e intereses, así como nuestra propia
“escala de valores y orden de prioridades” en la vida... En
estos casos las partes en conflicto se verán obligadas a “negociar”
y buscar soluciones intermedias para restablecer el equilibrio
en la relación y seguramente para conseguirlo ambas partes tendrán
que “ceder en algo en beneficio del otro” con el fin de
poder llegar a un acuerdo...
La cuestión es ¿cómo diferenciar
una buena negociación para resolver un conflicto de intereses
dentro de una relación interpersonal, de un “chantaje emocional”
en el que solo una de las partes “se sale con la suya...”?
El chantaje emocional,
básicamente, es una forma de ejercer una “presión psicológica
sobre el otro” para satisfacer un deseo o una necesidad, pero a
diferencia de la “negociación” no solo no toma en cuenta
a la otra parte en conflicto, si no que además el chantajista
emocional para tratar de imponer su voluntad pasará a criticar,
cuestionar y/o ridiculizar los deseos o necesidades de la otra parte
con el fin de que renuncie a ellos... Es decir, el “chantajista
emocional” está interesado solo en satisfacer sus propias
necesidades, parte de la creencia irracional de que “sus deseos
y necesidades están por encima de la de los demás” y quiere
imponer su voluntad a toda costa; es decir, de conseguirlo solo él
ganará con el chantaje, mientras que la otra parte perderá y
acabará cediendo y/o renunciando a sus derechos o intereses...
En las “soluciones negociadas a
los conflictos” sin embargo, se parte de la premisa contraria,
“ mis deseos y necesidades son tan importantes como los
tuyos”... Es decir, no hay una parte que gane a costa de otra
que pierda, sino que ambas partes se esfuerzan en construir una
solución que reconcilie las necesidades de ambas personas y las dos
se sienten “tenidas en cuenta” en su búsqueda. Aunque
para llegar al acuerdo a veces tengamos que hacer alguna renuncia o
concesión, la diferencia fundamental con el “chantaje
emocional” es que ambas parten “ceden en algo” pero
también “ganan en algo”... Son soluciones negociadas a
los conflictos fórmulas de este tipo: “Esta vez a mi manera...
la próxima a la tuya” “A mi manera cuando lo hago yo, a
tu manera cuando lo haces tu...” “Si tu haces para mi....
yo haré para ti...” “Parte de lo que yo quiero con parte
de lo que tu quieres”, etc...
Otra característica del chantaje
emocional, es que en muchas ocasiones la persona que lo realiza
para lograr sus objetivos, tratará de “inocularle” al
otro todo tipo de emociones negativas y displacenteras tales como
miedo, culpa, pena, vergüenza, etc... Con el fin de obligarla a que
“actúe, diga o haga algo en alguna dirección concreta”,
aunque esto vaya incluso en contra de sus ideas, gustos, deseos,
principios o escala de valores... Algunos ejemplos de esto pueden
ser: “Si no haces tal cosa... me enfadaré, te pondré en
evidencia, me haré daño o te lo haré a ti, me vengaré, te dejaré
de querer, de hablar”, etc... El fin último es hacer sentir
mal psicológicamente a la otra persona para que acabe cediendo y
renunciando a sus derechos, deseos o necesidades en beneficio del
otro y la parte “chantajeada emocionalmente” lo hará, no
porque comprenda o empatice con las necesidades del otro, sino única
y exclusivamente para que “deje de presionarlo”, de
inocularle estos sentimientos negativos y poder así restablecer la
armonía en la relación.
Son personas especialmente vulnerables
al chantaje emocional 1).- aquellas que tienen grandes
necesidades de aprobación por parte de los demás y son muy
sensibles a la crítica o al rechazo, en cuyo caso ceden al chantaje
emocional con tal de seguir sintiéndose aceptados por el otro
2).- aquellas que tienen grandes necesidades de paz, y evitan los
conflictos y enfrentamientos a toda costa, en cuyo caso suelen ceder
a los chantajes emocionales a cambio de mantener el orden 3).-
aquellas personas con poca capacidad de aserción, que tienen
dificultades a la hora de “decir que NO” o “poner
límites” y ceden al chantaje emocional por falta de habilidad
para manejarlo. 4).- aquellas personas con baja autoestima que
tienden a pensar “que las necesidades de los demás son más
importantes que las suyas propias” y ceden al chantaje
emocional porque no saben identificar bien cuáles
son sus derechos ni defenderlos...
La mejor manera de manejar el
chantaje emocional es no ceder a él en ningún caso y tratar de
reconducirlo hacia una “solución negociada”, ya que ceder
al chantaje solo hará más probable que el otro lo vuelva a usar
para conseguir sus fines... Para ello lo primero que tenemos que
lograr es “identificarlo correctamente” y segundo NO
contraidentificarnos con los sentimientos negativos que la otra
parte está tratando de inocularnos por la fuerza, “hacernos
sentir culpables, meternos miedo, darnos lástima, dejarnos en
evidencia, etc...” . Es decir, no eres tú quien se siente de
esa forma sino que es el otro quien con su “discurso” o
“actuación” se esfuerza en hacerte sentir de determinada manera
para presionarte psicológicamente en una dirección...
Cuando dentro de una relación humana
una de las partes nunca está dispuesta a ceder ni a tener en cuenta
los deseos y necesidades del otro, podríamos hablar de que nos
encontramos ante lo que popularmente se conoce como una “relación
tóxica”, en cuyo caso la “negociación” será
impracticable y el chantaje emocional la manera habitual de
interacción. En estos casos conviene retirarse cuanto antes de esta
relación por el riesgo a quedar completamente “anulados
psicológicamente” por el otro y con profundos daños en
nuestra autoestima. Si la persona no es capaz de dejar la
relación patológica debería de buscar ayuda psicológica (ahora también por videoconferencia u online) cuanto
antes y ponerse en manos de un psicólogo clínico cualificado que le permita entender el enganche emocional que tiene
con la otra parte y que le lleva, a pesar de todo, a permanecer en la
relación tóxica.
Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo especialista en psicología clínica y psicoterapia, directora del centro de Psicólogos Móstoles Constitución, más de 20 años de experiencia en tratamientos y terapias psicológicas