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lunes, 4 de julio de 2016

¿Qué es y en qué consiste una psicoterapia?



Desde Psicólogos Móstoles Constitución (ahora también Terapia Psicológica Online o por Videoconferencia) te explicamos un poco más sobre en qué consiste una psicoterapia, terapia o tratamiento psicológico. La psicoterapia o tratamiento psicológico es el instrumento a través del cual el Psicólogo Clínico puede ayudar a aliviar los síntomas de los diferentes tipos de trastornos psicológicos y perturbaciones emocionales que pueden acontecer a un paciente y reconducir así el sufrimiento mental que le lleva a consultar con el especialista...

La psicoterapia se desarrolla a través y en base a establecer una relación de confianza con el Psicólogo Clínico, dicha relación, sujeta al secreto profesional y a la más estricta confidencialidad, permite que el paciente pueda ir expresando con total libertad y sin ninguna censura su mundo interno y su realidad externa, a través de una “libre comunicación” de todo lo que acontece en su vida, así como de sus temores, preocupaciones, fantasías, pensamientos, sentimientos, deseos... Todo ello sin temor a ser juzgado ni criticado, ya que el objetivo central de la psicoterapia es la de conseguir que la persona se sienta entendida a través de una escucha empática realizada por un profesional de la salud, con una formación específica en el funcionamiento de la mente, que realiza dicha escucha de una forma objetiva, neutral e imparcial...





A través de esta nueva experiencia correctiva, la persona va obteniendo poco a poco alivio y contención emocional para el estado de desregulación psicobiológica que subyace a los síntomas psicológicos que presenta y gracias a esta ayuda va aumentando a su vez la capacidad para regular y gestionar sus propias emociones por él mismo... Paralelamente y en base a una tarea de análisis sistemático del propio funcionamiento mental a lo largo de las sesiones, el paciente va a aprendiendo a identificar los aspectos de su personalidad, de su conducta, de su forma de pensar o sentir que resultan disfuncionales y que le generan malestar psíquico o sufrimiento mental y va así adquiriendo una mayor conciencia auto reflexiva de si mismo.... Psicólogo Clínico y paciente irán construyendo en una tarea conjunta, nuevos recursos y estrategias de afrontamiento más adaptadas, que permitan a éste último manejar su realidad interna y externa de una forma más sana y constructiva, aprendiendo finalmente nuevas formas de pensar, sentir o actuar a lo largo de todo el proceso terapéutico...

La psicoterapia puede tener una duración variable dependiendo del tipo de problemática de la que se trate y de los objetivos inicialmente propuestos... Al tratarse de un “proceso de aprendizaje” requiere de un periodo de tiempo más o menos largo, así como de trabajar con una cierta frecuencia y regularidad para que los cambios psíquicos se produzcan y consoliden (al menos una sesión semanal durante un periodo dilatado en el tiempo)...


La psicoterapia no solo ayudará al paciente a solventar los problemas y síntomas psicológicos que le trajeron inicialmente a la consulta si no que además potenciará en él un mayor crecimiento mental y personal que le permitirá contar con más recursos y estrategias para afrontar su vida en general, así como los diferentes conflictos que se le puedan presentar en un futuro...

Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo especialista en psicología clínica y psicoterapia, directora del centro de Psicólogos Móstoles Constitución, más de 20 años de experiencia en tratamientos y terapias psicológicas

lunes, 27 de julio de 2015

Problemas derivados de tener una baja autoestima


Desde Psicólogos Móstoles Constitución (ahora también en modalidad Terapia Pscológica Online o por videoconferencia) te explicamos un poco más sobre los problemas derivados de tener una baja autoestima. Hablamos de una baja o alta autoestima en función de la propia valoración que hacemos de nosotros mismos. Decimos que tenemos una baja autoestima cuando tendemos a pensar en nosotros mismos en términos negativos y nos cuesta apreciar e identificar nuestras propias capacidades o recursos más valiosos, dando en consecuencia a una pobre explotación de los mismos...

La autoestima es algo que empieza a construirse desde el principio del desarrollo evolutivo en el niñ@, primero gracias a la imagen que las figuras significativas de nuestro entorno nos devuelven de nosotros mismos (de ahí lo importancia de la función parental a la hora de reforzar, valorar , reconocer y alentar las características más valiosas de sus hij@s)... Y posteriormente al llegar a la vida adulta, la “autoestima”pasa a depender más de la propia valoración que hacemos de nosotros mismos, e implica un buen reconocimiento y apreciación de nuestros aspectos más valiosos a la vez que un buen grado de aceptación de nuestras propias limitaciones, sin sentirnos mal por ello, siendo capaces de contrarrestar nuestras principales debilidades o defectos con los aspectos más destacables de nuestra personalidad...




Las consecuencias de una baja autoestima pueden ser nefastas en la vida adulta, ya que esta puede llevar a una excesiva necesidad de búsqueda de aprobación en los demás que continuamente apuntale esa baja autoestima, volviendo a la persona muy vulnerable y sensible a las críticas y al rechazo por parte de los demás ... Al no poder tolerar que les sea devuelta una imagen negativa de si mismos, son personas que tienden a replegarse fácilmente a los deseos del otro, y/o a ser excesivamente complacientes con los demás con tal de ganarse su aprobación, renunciando así muchas veces a su propia identidad, deseos, intereses y necesidades personales y haciéndose especialmente vulnerables a la manipulación y chantaje emocional por parte de otros...

Las personas con baja autoestima a la larga tienden a sentirse mal con ellas mismas porque tienden a anular su propia personalidad, a someterse a los demás, a no manifestar su propia opinión, ni mostrarse asertivos cuando tienen que hacerlo, ya que su inseguridad no les permite mostrarse tal cual son, puesto que están convencidas de que “si lo hacen... no gustarán a nadie...” Pueden tener problemas en sus relaciones personales por este motivo, no dejándose conocer o anulándose al lado del otro, y pueden atraer a personalidades excesivamente dominantes, controladoras o manipuladoras que se aprovechen de sus inseguridades...

Tener una buena y sana autoestima nos permite, por el contrario, aceptar las críticas que vienen de parte de otros, tolerar el dolor del rechazo y la frustración de no gustar a todo el mundo, sin que ello nos dañe excesivamente... Todo ello nos permite poder seguir siendo “nosotros mismos” y mostrarnos “asertivos” ante los demás, a la hora de poner los límites y defender nuestros derechos, deseos, necesidades e intereses personales... Ya que para una persona con una sana autoestima es más importante “sentirse bien con uno mismo” que ganarse la aprobación del otro... En general, las personas con una buena autoestima se sienten más libres, felices y seguras de si mismas, permitiéndose ser quienes son y sintiéndose merecedoras del afecto de otras personas, aunque no tengan la aprobación de todo el mundo...


La falta de una buena autoestima es una razón más que suficiente para acudir al Psicólogo Clínico y tratarla con Psicoterapia, con mucha frecuencia es el origen de otros muchos padecimientos psíquicos que puede llegar a tener el ser humano (ansiedad, depresión, trastorno obsesivo, trastornos alimenticios, etc...) Otras veces es el “caldo de cultivo idóneo” para que afloren con el tiempo determinados trastornos psicopatológicos...

Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo especialista en psicología clínica y psicoterapia, directora del centro de Psicólogos Móstoles Constitución, más de 20 años de experiencia en tratamientos y terapias psicológicas

lunes, 24 de marzo de 2014

Tristeza, duelo y depresión clínica: diferencias ¿Cuando recurrir a un Psicólogo Clínico, especialista en el ámbito de la Salud?

Desde Psicólogos Móstoles Constitución (ahora también en modalidad Tratamiento Psicológico Online o por videoconferencia) te explicamos un poco más sobre las diferencias entre la tristeza, el duelo y la depresión.

Como en la mayoría de los trastornos psicológicos, las patologías son una cuestión de grado, por eso conviene hacer una pequeña diferenciación entre estos 3 estados emocionales. En primer lugar “la tristeza” es una emoción más de la que los seres humanos podemos llegar a sentir de una forma natural en determinadas situaciones y circunstancias a lo largo de nuestras vidas, cuando nos decepcionamos, sufrimos algún infortunio menor, perdemos “algo o alguien” que era importante en alguna medida para nosotros, nos sentimos solos cuando no queremos estarlo, o empatizamos con otras personas que lo están pasando mal, por poner algunos ejemplos... En estos casos la emoción es puntual y pasajera y pronto suele dejar paso a otros estados emocionales más positivos y optimistas. La persona cuenta con recursos suficientes para manejar este estado por sin misma y no quedar atrapado en él.

Hablamos de “duelo” cuando la persona sufre una “pérdida” que cambia de una manera significativa su vida (muerte de un ser querido, ruptura de una relación de pareja estable, pérdida de un trabajo significativo, el diagnostico de una enfermedad, emigrar a otro país, son algunos ejemplos de ello). Como observareis, el sentimiento de “pérdida significativa” es el factor común a esta reacción del duelo. Al tratarse de una pérdida tan significativa y abarcativa en la vida del sujeto, implicará tener que afrontar un proceso de readaptación a las nuevas circunstancias, hasta que la persona logre reorganizarse tanto externa como internamente a su nueva realidad. Este proceso requiere de mucho más tiempo para ser superado, por eso hablamos del “trabajo del duelo” en donde la persona tendrá que ir atravesando diferentes etapas para poder afrontar el “dolor de la perdida” hasta superarla. Las fases más comunes del duelo son 1).- Negación o shock emocional inicial (sensación de descreimiento de lo sucedido) 2).- Rabia e impotencia, culpa por no poder cambiar la situación 3).- Seguida de otra fase de “repliegue y aislamiento”, de vuelta hacia si mismo, en donde aparece una sintomatología muy similar a los estados depresivos, (llanto, tristeza, anhedonia, apatia, insomnio, hipersomnio, pérdida o aumento de apetito, ausencia de libido, problemas psicosomaticos, aislamiento social, sentimientos de culpa, etc.. 4).- Hasta dar finalmente paso a una última fase de recuperación, donde el sujeto recupera el nivel de funcionamiento previo y es capaz de seguir con su vida y adaptarse a sus nuevas circunstancias, estableciendo nuevos lazos afectivos, encontrando otro trabajo, aprendiendo a vivir con la enfermedad, en el nuevo país, etc... En estos casos se puede recurrir al Psicólogo Clínico para obtener apoyo y contención emocional durante todo el proceso y ayudar así a la persona a canalizar apropiadamente la elaboración del duelo para que no se “enquiste” y acabe derivando en un duelo patológico.

Hablamos de duelo patológico cuando la persona no es capaz de sobreponerse a este estado y superar las diferentes fases del mismo en un tiempo razonable (este tiempo razonable variará en función de la gravedad y circunstancias de la pérdida), y ello suele ser debido a otros motivos diferentes al de la propia pérdida en si misma, en cuyo caso se hará necesario un tratamiento psicológico o psicoterapia, para tratar de comprender y analizar los verdaderos motivos que están impidiendo la elaboración del duelo y el progreso del mismo. La mayoría de las veces suele ser debido a otros problemas psicológicos pre-existentes a la aparición del duelo.





Por último, hablamos de depresión clínica, propiamente dicha, cuando aparece toda la sintomatología característica de la depresión sin una causa aparente o claramente definida o identificable para el sujeto, o el “estado depresivo” es desproporcionado al hecho que lo suscitó inicialmente y solo cumplió, por lo tanto, una función de “desencadenante” de otros problemas psicológicos pre existentes. Los síntomas más característicos de la depresión son: " tristeza, llanto, apatía y desinterés por casi todas las actividades que antes interesaban y motivaban a la persona, falta de ganas de vivir, sentimientos de culpa inapropiados o exacerbados, pérdida o aumento de peso, insomnio o hipersomnia, disminución de la capacidad de pensar o concentrarse, problemas psicosomáticos, disminución o pérdida de la libido, ideación o tentativas suicidas, entre otros"... Además la persona se encuentra en este estado de forma persistente y recurrente la mayor parte del tiempo y los síntomas provocan un malestar significativo que ocasionan un claro deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. En estos casos hay que acudir ,sin lugar a dudas, a un profesional especialista en la Salud Mental lo antes posible, porque en este caso estamos ante una depresión clínica que requiere de tratamiento psicológico y/o psiquiátrico.

Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo especialista en psicología clínica y psicoterapia, directora del centro de Psicólogos Móstoles Constitución, más de 20 años de experiencia en tratamientos y terapias psicológicas

lunes, 3 de septiembre de 2012

¿Cuando debemos acudir al psicólogo?

Desde Psicólogos Móstoles Constitución (ahora también en modalidad Tratamiento Psicológico Online o por videoconferencia) te explicamos un poco más sobre cúando es conveniente acudir al psicólogo.

 El psicólogo con la especialidad de psicología clínica es el profesional mejor cualificado para tratar los problemas emocionales de las personas, no solo cuando se trata de los trastornos psicológicos y patalogías más severas tal y como aparecen tipificadas en el DMS- IV “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, que es más bien un decálogo de síntomas y síndromes elaborado con el fin de comunicarse entre profesionales e investigadores, para diagnosticar, estudiar e intercambiar información, ya que raramente nos encontramos que una persona se ajuste completamente a una de estas categorías" si no que también, el psicólogo clínico, es el profesional indicado cuando la persona padece algún tipo de sufrimiento mental y/o emocional que altera de alguna forma significativa su vida cotidiana o su sensación subjetiva de bienestar, bien porque no tiene una buen autoconcepto de si mismo, por problemas en la relaciones con los demás, con la pareja, por encontrarse excesivamente ansioso y/o deprimido, stresado, insatisfecho consigo mismo o con su entorno, etc... Que son la mayoría de pacientes que acuden al servicio privado. Es decir, no es necesario tener un trastorno mental grave para requerir ayuda psicológica, la sensación subjetiva de insatisfacción con uno mismo o con la propia vida, que altere de forma significativa el equilibrio psíquico de la persona, es motivo más que suficiente para acudir a un psicólogo clínico cuando uno no ha conseguido hallar la solución por si mismo o con la ayuda de la red social de apoyo, (amigos, familia, pareja, etc...)







 Con la ayuda de un psicólogo clínico la persona puede ir ampliando el conocimiento que tiene sobre si mismo, cómo funciona mentalmente y resuelve los problemas, cómo se víncula y relaciona con los demás, etc... Todo ello irá permitiendo descubrir nuevas herramientas y recursos para cambiar las cosas... Como decía Eisten “No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo

Fdo: Rosa Maria Pardueles, psicólogo clínico especialista en todo tipo de tratamientos psicológicos y psicoterapia. Psicólogos Móstoles Constitución 52 1B.